Tuve que coger aire repetidamente para asomarme, casi 20 años después, a esos arcos...
Difícil no emocionarse cuando se vuelve a la que por años fue tu casa, al cuadro que enmarcó tu vida durante un tiempo... vacío ya de personajes pero con intactos decorados.
Y es que algunas ciudades llevan grabados a fuego nombre propios, de personas que se fueron, pero que llenan con su ausencia los rincones y las calles que una vez les vieron pasar. Y con cada recuerdo, se remueven en tu alma, imagino que reivindicando el espacio que se merecen...
Se me agolpan con fuerza historias de risas, de besos, de apuntes, música, exámenes, prisas y amistad... un barrido selectivo de mi memoria me deja frente a frente con el pasado... pero aguanto bien el tipo, sonrío, recojo buena energía... y doy media vuelta.
Todo está bien donde está, las piedras de Villamayor en su sitio y la gente buscando el suyo...
Supongo que no me seduce convertirme en estatua de sal.
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