"Fuera de la noche que me cubre,
negra como el abismo de polo a polo,
agradezco a cualquier dios que pudiera existir
por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero sin inclinarse.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
es inminente el Horror de la sombra,
y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma".
(INVICTUS. William Ernest Henley)
Una persona que cree en sí misma y se sabe dueña de su destino, es prácticamente invencible. Y no porque consiga todo lo que se propone sino porque lo va a intentar, porque no se abandona a una mala suerte que sabe temporal. Porque buscará entre migajas, atisbos o escombros, y encontrará la fuerza para volver a ponerse al mando...
Me recuerda la frase de Henry Ford que dice: "Tanto si crees que puedes, como si no, estás en lo cierto".
Ese es el poder de nuestras creencias, el de construir nuestra realidad. Casi nada. Primero enunciamos nuestras teorías y después, de entre todas las opciones que se presentan ante nuestros ojos, seleccionamos aquellas que encajen con nuestras ideas. Sea cual sea el planteamiento.
Así que ten cuidado con lo que crees...
Recuerda que eres el capitán de tu alma, guíala hacia donde quiera ir.
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