lunes, 13 de agosto de 2018

ATRACTIVO PERSONAL




En una ocasión escuché como alguien hizo un comentario agradable (relativo al físico) a una persona, para a continuación, añadir, como quien no quiere la cosa, que no aportaba mucha información respecto a ella, ya que no dependía de su voluntad, su esfuerzo o su saber hacer...  

Seguramente sobraban ambas, la alusión al físico (no es algo que nos competa, juzgar la belleza física de personas ajenas en voz alta, como si viviéramos en un concurso) y la explicación posterior, que la despojaba de toda validez como supuesto halago.

Pero así es.  El atractivo físico poco tiene que ver con  el atractivo personal. Pueden coincidir en la misma persona, pero no están directamente relacionados.

Uno es involuntario y aleatorio y otro tiene mucho que ver con las conquistas de valores personales, con las experiencias vividas y sus lecturas particulares, con la riqueza y la calidad de las relaciones que hayamos establecido...

Sin olvidar que vivimos en sociedad y que tenemos definidos unos cánones estéticos relativos a la higiene y a las normas de convivencia, nuestro atractivo dependerá de nuestro aprendizaje, de nuestra seguridad personal, de la capacidad que tengamos para resolver conflictos, de la madurez para controlar impulsos, de la nobleza, de la sinceridad que  limpia nuestra  mirada, de la energía que generamos con  nuestra ilusión, de nuestro equilibrio, de la forma que tengamos de encajar las adversidades, de nuestra bondad, de nuestra capacidad para reinventarnos...

Son muchas las fuentes de atractivo personal y seguramente necesitaremos varias vidas para completarlas, pero haciendo un buen trabajo personal, estoy segura de que el paso del tiempo hará de nosotros, personas bellas...

Con atractivo intemporal.

Del que deja huella...



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