Pero a mi me parece perfectamente lícito no conformarse con la mediocridad. En el ámbito que sea.
Explorar los propios limites, e intentar aspirar a convertirse en una mejor versión de uno mismo.
No conozco ningún cantante, por poner un ejemplo, que aspire a que sus melodías suenen en el hilo musical de un hotel de mala muerte. Imagino, que ya puestos a soñar, se visulizarán actuando ante miles de personas... y en la mente caben muchas. La realidad en algunos casos, se encargará de quitar ceros a la fantasía, pero por aspirar, que no quede.
Pues eso, que la ambición sirve de fuerza motriz, impulsa el avance y añade ilusión a la vida, sigamos entonces, hasta que las fuerzas nos abandonen, aspirando a conquistar nuevos territorios.
Me niego a donar a las personas sin escrúpulos que hayan malversado en su nombre, o a fincas de personajes de medio pelo, una palabra con tanta fuerza. Que se busquen otra.
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