Algunas cosas existen a base de constancia, a base de dedicarles mimo y esmero mucho tiempo. Sin embargo, se pueden destruir en un segundo.
Eso pasa con la confianza.
Una traición puede dar al traste con el más firme de los proyectos futuros y hacer jirones el alma... y no es fácil buscar remiendos para estas cosas. Es duro recoger añicos de sueños rotos, cargar con decepciones y con mares de dudas... y guardarlos entre restos de cariño, atisbos de esperanza y trazas de dignidad.
Forman un extraño puzzle.
No creo que siempre se pueda completar... dudo que las piezas encajen sin problemas, pero si se intenta, si se decide recomponer, conviene hacer acopio de cariño, coherencia y lealtad en un caso, con una demostración sincera de propósito de enmienda y ríos de paciencia, y por el otro lado, altas dosis de amor y mala memoria, una vez superado el lícito derecho al pataleo.
Seguro que no es fácil, pero si merece la pena... se puede intentar.
Seguro que no es fácil, pero si merece la pena... se puede intentar.
Porque lo fácil lo puede hacer cualquiera.
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