jueves, 6 de junio de 2013

ALFARER@


El tema va más o menos así:

Te dan un trozo de barro o de arcilla y un tiempo.

El instrumental lo buscas tú si decides trabajarlo, porque otra opción, mucho más cómoda y con resultados menos vistosos, consiste en no intervenir.

Si te decides a hacerlo, en función de las características propias del material, tendrás  que intentar adivinar la forma que quiere salir de ese barro o de esa arcilla, siguiendo unas pequeñas pistas que te obligan a estar atento...

Conviene,  desde luego, armarse de paciencia para reparar desperfectos propios y ajenos que podrían modificar la estructura de la obra.

Pero lo más importante, quizás, es estar pendiente de que no fragüe, evitar que se solidifique,  intentar dejarla maleable para  que cuando finalice el tiempo de intervención, la propia obra termine de configurarse en la manera que desee... cuando ella lo decida.

Eso es tener hijos.

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