viernes, 24 de mayo de 2013
"SIN QUERER"
"Fué sin querer".
Ya está.
Uno se sacude la culpa así, en un plis plas, sólo con pronunciar la frase.
Cómo si sin intención no se hiciera daño.
Cómo si el no tener en cuenta el resultado de nuestras palabras o actos no fuera responsabilidad nuestra.
Además si uno es la víctima, prefiere volcar su ira o su frustración contra alguien y no tener que confrontarla encima, con un sentimiento empático de condolencia.
Con buena intención podemos provocar dolor o malestar a alguien.
Me acuerdo de aquella historia en la que un niño sostenía en brazos un pez que se retorcía desesperadamente para intentar volver al agua. Cuando el padre le pregunta por que lo había hecho, él le responde: "lo saqué del río porque se estaba ahogando..."
Pues lo mismo. Flaco favor le hace al pez que alguien decida por él lo que está bien. Por muy bienintencionada que sea la acción.
Estaría bien no emplear con ligereza palabras exculpatorias... porque el foco de atención pasa de la falta que hemos cometido, y el daño o que hemos podido hacer a otra persona, a nuestra ausencia de responsabilidad, restando parte de importancia al dolor que hemos podido causar.
Puede que haya sido sin querer, pero no es eso lo que importa, sino como podemos hacer ahora para solucionar las cosas, subsanar el error y preservar la relación.
Indistintamente de que cuál haya sido nuestra intención, pedir perdón, no cuesta tanto.
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