Desde la Filosofía primero y la Psicología después, se lleva hablando mucho tiempo de la importancia de conocerse bien a uno mismo, de investigarse y descubrirse para poder conocer a los demás también, nuestros resortes, nuestras filias y fobias, nuestros apegos y nuestros miedos más atávicos y profundos...
Pero, por dónde empezar la tarea del autoconocimiento?
Te hago una sugerencia.
Termina estas frases.
Con las ideas que vengan a tu mente, no hace falta que las desarrolles demasiado, sin juzgarlas, sin reflexionar mucho, solo dejando salir la creencia a la que tienes asociado estos conceptos.
Un ejemplo:
La vida...
- es injusta
- es un viaje a lo desconocido
- es un desafío constante
- es demasiado corta
- etc.
La primera idea que viene a la cabeza es la buena.
Empezamos:
1) La vida...
2) El hombre...
3) El dinero...
4) El amor...
5) La familia...
6) La mujer...
7) La salud...
8) El sufrimiento...
9) La pareja...
10) La vejez...
10) La religión...
11) El sexo...
12) La enfermedad...
13) La juventud...
14) El trabajo...
15) Los amigos...
16) La belleza...
17) La madurez...
18) La muerte...
Habrá más, pero al menos de esos temas estaría bien tener una idea propia. Seguramente, si no la tenemos, o la hemos elaborado en base a lo que pensaban otras personas o a lo que pensábamos en otras épocas de la vida, en otras circunstancias personales... conviene revisarlas.
Conviene encontrar respuestas personales con las que nos identifiquemos y que nos ayuden a encontrar un lugar cómodo en la vida.
Las que nos susciten crispación, las respuestas que de alguna forma denoten desánimo, pesimismo, ira... nos señalan esferas en las que sería aconsejable trabajar interna o externamente, hasta encontrar ese sitio confortable desde que mirar el mundo.
Ánimo con la tarea.
Que te guste lo que veas.