Con lo castiza que suena la Entereza.
Pero todo lo que tiene de fea, lo tiene de útil y de necesaria.
Es la capacidad que tienen los seres vivos para sobreponerse a la adversidad, a periodos de dolor emocional intenso.. y no sólo de sobreponerse, sino de salir fortalecido.
Así dicho, parece una cualidad que tengan en exclusiva algunos superhéroes o súperheroínas... pero no, es una potencialidad que todos tenemos pero que requiere de determinadas circunstancias para manifestarse.
El problema es que intentamos evitar a toda costa el sufrimiento, la frustración, la incertidumbre, el aburrimiento.. a nosotros mismos y a nuestros hijos, privándonos de desarrollar una serie de habilidades que nos permiten superar los pequeños o grandes obstáculos que con seguridad aparecerán en el camino.
Y de este modo, cuando aparezcan no tendremos herramientas para afrontarlos, o mejor dicho, las tendremos pero no sabremos ni donde están ni para qué sirven, cosa que se parece bastante al hecho de no tenerlas.
La resiliencia es fruto de un proceso. De un duro proceso de crecimiento personal, que se puede (y se debe si se pretende tener equilibiro psicológico) trabajar. Igual que la ostra segrega nácar cuando la arena penetra en su interior y de ésta forma la incorpora a su estructura creando una valiosa perla... de la misma manera las personas podemos incorporar el suceso a nuestra existencia, transformarlo con nuestras fortalezas y convertirnos en una versión renovada de nosotros mismos.
Mantener una mente receptiva a nuevas ideas, trabajar la creatividad, cultivar distintos intereses, ponerse metas realistas, confiar en que somos artífices de nuestro destino, reírse de uno mismo, aprender de nuestras experiencias, colaborar con lo inevitable y hacer bueno uso de la memoria y el olvido, nos ayudarán a afrontar los reveses de la vida.
Mantener una mente receptiva a nuevas ideas, trabajar la creatividad, cultivar distintos intereses, ponerse metas realistas, confiar en que somos artífices de nuestro destino, reírse de uno mismo, aprender de nuestras experiencias, colaborar con lo inevitable y hacer bueno uso de la memoria y el olvido, nos ayudarán a afrontar los reveses de la vida.
Esto implica canalizar el dolor, transformarlo, aceptar el cambio, y modificar la perspectiva para alejarnos de las categorías absolutas con que analizamos desde tiempos inmemoriales el mundo: Justo/Injusto, Bien/Mal, Exito/Fracaso, Corecto/Incorrecto, etc. son tantos y conducen a tan tortuosos caminos los dualismos con que clasificamos la realidad...
Ahora vivimos un cambio de ciclo.
Todo es relativo, el interrupor de ON/OFF da paso al difusor de luz gradual.
Debemos regular la intensidad desde la cual la experiencia cobra sentido.
Porque pase lo que pase, nuestra vida sigue teniendo sentido.
Sólo hay que encontrarlo.
Muy bien explicado Mónica, me gusta.
ResponderEliminarA menudo una amiga adulta (80) busca palabras poco usadas y charlamos sobre ellas, su significado, sentido, etc.
Un día "resilencia" fue su palabra.
Que bonita practica ésa... Dice mucho de ti y de tu amiga...
EliminarMuchas gracias
aunque ya seamos abuelas (68) tenemos que seguir con nuestra¿como era ?...a si RESILENCIA no solo pensando en la experiencia vivida sino en la que nos queda por vivir
EliminarSi, si.. Tu lo has dicho, las habilidades conviene tenerlas preparadas para lo que pueda pasar, nunca esta de mas aprender y enriquecerse... Solo hay que ponerse, me consta que lo más importante ya lo tienes: la actitud. Besos.
EliminarMe encanta tu explicación ;)
ResponderEliminarGracias Ali! Bss
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