Siempre despertó mi curiosidad ese periodo de tránsito en el que alguien pasa de tener un papel secundario en tu vida a convertirse en uno de los actores principales. Llámense amigos, parejas o familiares (aunque también es verdad que estos últimos muchas veces, parten con ventaja).
Cuando uno es pequeño la espontaneidad, las circunstancias y seguramente la falta de prejuicios, facilitan mucho las cosas. Uno conoce gente y la incorpora a su vida casi sin querer, porque el fin (el juego) justifica cualquier medio (los jugadores).
Pero más tarde el abanico se va cerrando, y seguramente el tiempo necesario para mantenerlo abierto también.
Me interesa mucho por tanto ese proceso inconsciente y gradual del adulto, que presupongo es tiempo de recoger datos, lanzar hipótesis, establecer comprobaciones, rectificaciones, ajustes... y que termina materializandose en un momento preciso y lúcido donde uno se da cuenta de que algo ha cambiado.
Ese punto donde las personas pasan a ser en más importantes que los ideales, que las creencias y los juicios de ellas derivados, porque sabes que harás excepciones con ellas, que romperás las reglas del juego, (esas que tan estrecho margen dejan a veces al resto de los mortales) y que pese a todo, permanecerás a su lado.
Llega ese día en que te das cuenta de que forman parte de ti, independientemente de que vengan o vayan, de que estén físicamente o no...
Que están ligados a tu vida para siempre.
Supongo que eso es amor vedadero.
A mi últimamente me llama la atención el proceso contrario, o como los actores principales de la película pasan a ser extras simplemente.
ResponderEliminarBesos!
Si, tienes razón, eso también pasa... Pero seguramente no era amor verdadero..
EliminarBesos!