Te quiero.
Así empieza todo, ese es el pistoletazo de salida de nuestra historia de amor.
A partir de ese momento, se supone que intentaremos compaginar en la medida de lo posible nuestras búsquedas personales: la de la felicidad, la de la realización personal, profesional y afectiva. Nos haremos mutuamente un hueco mayor o menor en función de las circunstancias.
Y creceremos juntos. Como vasos comunicantes.
Hay muchas historias de amor en una vida, que se van sumando...
A veces, compartiremos sólo una parte del trayecto, porque cada uno evoucionará en una dirección e inevitablemente llegará el momento de despedirse. Quizás no, el de dejar de amarse...
Otras veces los encuentros serán a destiempo, en diferentes momentos vitales que dificultan la materialización en una historia, y quedarán para siempre en nuestra memoria en formas platónicas, puras, idílicas y seguramente irreales.
Y luego están los amores que llegan para quedarse...
En cualquier caso, estoy segura de que somos lo que somos en gran parte, porque amamos lo que amamos.
Está bien recordar a nuestras parejas (y a todas las personas que verdaderamente nos importan) que continuamos queriéndolos, aunque solo sea para que si dejamos de hacerlo, noten la diferencia... ;) pero también es importante recordárnoslo a nosotros mismos, porque aunque a ratos nos aptezca huir, y tomarnos un descanso, es bastante seguro que nos perseguiremos.
Así que inclúyete en el repertorio de personas queridas y ... ¡disfruta de tu día!
Qué lindo tu blog. Me gusta!
ResponderEliminargracias Natacha! me alegro de que te guste... un abrazo.
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