No sabía yo la procedencia de los colores de las alertas hasta que "googleando" me encontré con Cooper.
Resulta que obedecen a un código de colores que define los estados de alerta que un individuo tiene respecto del entorno, la intensidad con la que percibe el riesgo... que de alguna manera, creo, define la actitud con la que se relaciona con el mundo.
El oficial retirado de la marina Jeff Cooper, defendía que la supervivencia de un individuo dependía no de tácticas o situaciones azarosas, sino del estado mental de la persona, cuando ideó su código.
Tiene 5 niveles, uno por color, que resumidamente son:
Me llamó la atención la jerarquía... quizás por el paralelismo con la vida diaria.
Me encuentro con gente permanentemente en guardia, con el florete sino en lo alto, sujeto con determinación. Luchando contra molinos imaginarios, en condición naranja perpetua, incluso roja... desafiando continuamente al sistema nervioso.
- Condición blanca: Indefensión total, inconsciente de los alrededores, desprevenido.
- Condición amarilla: conciencia general de los alrededores, se perciben los cambios.
- Condición naranja: se identifica una posible amenaza y se planea un plan de acción. En ésta condición sólo se puede estar durante unas horas.
- Condición roja: se pasa a la acción: luchar o huir. Solo se puede estar unos minutos.
- Condición negra: shock. bloqueo mental. Incapaz de reaccionar, seguramente un ataque en una persona con condición negra, tendría un desenlace fatal.
Me llamó la atención la jerarquía... quizás por el paralelismo con la vida diaria.
Me encuentro con gente permanentemente en guardia, con el florete sino en lo alto, sujeto con determinación. Luchando contra molinos imaginarios, en condición naranja perpetua, incluso roja... desafiando continuamente al sistema nervioso.
Gana éste último, claro. Pasa factura la disposición beligerante, sin duda. Te convierte en un manojo de nervios y amargura, con variadas dolencias físicas de origen "desconocido".
Por eso abogo por una condición amarilla, que permite estar despierto, atento a los cambios sin sospechar que cada persona, lugar o cosa supone una amenaza para la vida.
Por eso abogo por una condición amarilla, que permite estar despierto, atento a los cambios sin sospechar que cada persona, lugar o cosa supone una amenaza para la vida.
Baja la guardia. A veces, el peligro... no está afuera.
Me gusta!!!!!
ResponderEliminarDesde ahora te seguiré!
Me gusta!!!!!
ResponderEliminarDesde ahora te seguiré!
Gracias Rosa! ;)
Eliminar