lunes, 11 de noviembre de 2019

EL OTRO LADO



Detrás de la rigidez mental está el miedo.

El miedo a perder el control de la situación, miedo a los espacios en los que no se conocen, se entienden ni se aceptan las normas, ni las causas, ni las consecuencias.
Y ese miedo es a uno mismo.
Es inseguridad.

No tener confianza en saber desenvolverse, manejarse, o defenderse.
Porque todo lo que no se controla nos deja desnudos de alguna forma, nos obliga a de tener que creer en nosotros mismos... y si nos falta esa seguridad estamos perdidos.

Perderse, traducido a un código instintivo, es morir.
Nos aferramos a las cosas, a personas, a tradiciones, a costumbres, porque queremos mantener el orden establecido, queremos saber quien somos y qué hacemos. Queremos tener sentido.

Pero en realidad no somos nosotros mismos porque somos esclavos, porque la libertad siempre ha estado al otro lado del miedo.
No es más fuerte el mas rotundo, sino más débil.

La solución no es blindarse, atacar o defender el territorio, las ideas o las posesiones,  sino ver que hay más allá.  Colonizar ese otro lado del miedo.
Cuando uno afronta la incertidumbre con confianza en uno mismo, en sus habilidades para resolver o adaptarse a lo que venga.. el miedo desaparece. La rigidez se va y deja paso a otras formas más amables de entender el mundo.

Pero todos somos rígidos en alguna idea.
Todos nos volvemos más libres cuando la flexibilizamos y hacerlo, nos acercamos a la paz mental.
Y ese, es quizás es el estado mas grande que  una persona pueda alcanzar.

Atreverse, asomarse, desarrollar habilidades, adaptarse, equivocarse, mejorar, seguir aprendiendo. Indagar de nuevo... seguir creciendo.

No temas, al final... estás TÚ.
Más libre.
Más humano.
Más tranquilo.
Y más sabio.