A veces me asusta adaptarme. Aceptar. Acostumbrarme a tu ausencia.. me da miedo que sea la antesala del olvido.
Y esa puerta no quiero abrirla.
Que clase de persona se puede olvidar de ti?
Encuentro un cierto consuelo en echarte de menos, en llorarte en algunos momentos...
Quiero honrar con mi recuerdo tu aportación a mi vida. Sentir tu ausencia, como sentía tu risa, tu calor y tu vida.
Sé que distraerse y poner el foco en otros asuntos son estrategias eficaces cuando el recuerdo duele y ocupa todo el tiempo y el espacio disponible, pero después se trata de incorporar de alguna forma la pena a la vida y continuar...
Continuar riendo y bailando también, pero contigo, siendo consciente de que de algún modo, eres parte de quien soy.
Vendrán otras personas a mi vida, compartiremos confidencias, penas o alegrías, pero nadie ocupará tu espacio.
Imposible.
Nunca.
Nunca.
Ese lugar quedará reservado solo para ti, hasta que de una manera u otra, nos volvamos a encontrar...
La vida es dura pero es bella.