viernes, 14 de diciembre de 2018

EGO



Cuando salimos del modo automático en el que de manera inconsciente vivimos... y abrimos los ojos a la vida, generalmente después de un sufrimiento sostenido en el tiempo, empezamos un viaje de no retorno (y sospecho que sin fin)  en el que comenzamos a asumir nuestras propias responsabilidades y sus consecuencias.

Empezamos a dejar de culpar a los demás, a dejar de compararnos, de identificarnos con nuestro discurso interno, de apegarnos a nuestros pensamientos, a nuestras creencias.. empezamos de este modo a quitar las sólidas capas que nuestro ego había construido para protegernos, identificarnos y diferenciarnos, cuando éramos pequeños, dependientes y vulnerables... y empezamos a descubrir nuestra verdadera esencia, esa que de algún modo estaba sepultada debajo.

Es un duro y gratificante trabajo  en el que descubrimos que para entender a las personas que nos rodean y especialmente para AMARLAS hay que transcender la idea del bien y del mal, que con tanto esmero el ego nos había construido y con la que a la ligera clasifica personas, situaciones y comportamientos.

Ir más allá de los juicios, descubrir las causas, los motivos, las necesidades que encubren... aceptar el nivel que cada persona tiene en el proceso de autoconocimiento, sus resistencias, sus miedos... porque es la única forma de conectar con los demás y la única de llegar a nosotros mismos.

De lo contrario, quedaremos siempre en la superficie, seguramente lamentándonos de que los otros y la vida, no son como habíamos soñado.


"Más allá de las ideas de hacer el mal o hacer el bien, hay un prado.
Ahí te espero.
Cuando el alma se acuesta en esa pradera el mundo está demasiado completo para hablar de él.
Las ideas, el lenguaje, aún la frase uno y otro dejan de tener sentido".

Rumi.


Despierten y disfruten:

https://youtu.be/A4iCKVdddE4



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