jueves, 30 de abril de 2015

INVICTUS



"Fuera de la noche que me cubre,
negra como el abismo de polo a polo,
agradezco a cualquier dios que pudiera existir
por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero sin inclinarse.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
es inminente el Horror de la sombra,
y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta, 
cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma".

        (INVICTUS. William Ernest Henley) 


Una persona que cree en sí misma y se sabe dueña de su destino, es prácticamente invencible. Y no porque consiga todo lo que se propone sino porque lo va a intentar, porque no se abandona a una mala suerte que sabe temporal. Porque buscará entre migajas, atisbos o escombros, y encontrará  la fuerza para volver a ponerse al mando...

Me recuerda la frase de Henry Ford que dice: "Tanto si crees que puedes, como si no, estás en lo cierto". 

Ese es el poder de nuestras creencias, el de construir nuestra realidad. Casi nada. Primero enunciamos nuestras teorías y después, de entre todas las opciones que se presentan ante nuestros ojos, seleccionamos aquellas que encajen con nuestras ideas. Sea cual sea el planteamiento. 

Así que ten cuidado con lo que crees...

Recuerda que eres el capitán de tu alma, guíala hacia donde quiera ir. 




domingo, 19 de abril de 2015

CORRIENDO BAJO LA LLUVIA




Lo que los demás piensan de ti, no es asunto tuyo.


Por mucho que nos guste llevar el control de las cosas, lo que demás piensan es producto de sus condicionamientos, de sus experiencias y afortunadamente, del más íntimo reducto de su libertad. Poco tendrá  que ver muchas veces, lo que hagamos o dejemos de hacer y eso, lejos de ser frustrante, debería de ser liberador... no depende de ti, así que puedes relajarte. 

Puedes ser como tú eres, sin doblegarte, ni traicionar  tu esencia para sentirte aceptado o querido,  puedes confundirte, equivocarte o rectificar... porque hagas lo que hagas, nunca gustarás a todo el mundo. 
Ni falta que te hace. 

Deberás conformarte con ser fiel a ti mismo, con buscar tus principios (no estaría mal acordarse de revisarlos de tanto en tanto) e intentar actuar en consecuencia. Seguramente mantener esa coherencia, además de proporcionarte sosiego (que no es poco), hará que transmitas confianza, y te acercará a algunas personas... quizás, a las que más te interesan.
Lo que piense el resto, no "debería" poder de alterarte. 

No le des a cualquiera, poder sobre ti.

Decide tú a quien le das el mando capaz activar tus emociones, y selecciona bien... de ello va a depender en gran parte, tu bienestar. 


Pd: si tienes 4 min, te recomiendo ver éste video de Sean Stephenson, espero que te guste tanto como a mí y que disfrutes corriendo bajo la lluvia...

sábado, 11 de abril de 2015

MERECE LA PENA




La pena que deja su ausencia.
La pena de saber que no se encontraran de nuevo las miradas, ni las sonrisas, ni las manos...
La de desconocer donde está y por qué se ha ido.
La que deja el teléfono mudo y la casa vacía. 

Esa que como una niebla densa, cae sobre uno, cuando el otro se va. 
Esa que duele físicamente.
Esa pena...

La merece.
Porque aprender de una madre que afronta con serenidad el destino, es un privilegio reservado sólo para unos pocos. 
Porque una relación basada en la complicidad, la admiración y el cariño profundo, da sentido a nuestra vida.

Y por el tiempo y el mimo empleado en cuidaros y protegeros mutuamente. Ella al principio de tu vida y tú, al final de la suya. 

Por eso merece la pena.

Porque por grande que parezca el sufrimiento...
Siempre será mayor, el amor que recibiste.