miércoles, 3 de septiembre de 2014

RARA AVIS




Hace poco, un amigo sufría y se lamentaba porque tras un revés de la vida, al estado de estupor derivado del suceso, debía sumar el de ver partir de su lado a gente que consideraba amiga... y se sentía defraudado.
Le conozco y sé que él es de esa clase excepcional de personas que permanecería cerca, que brindaría su apoyo en ese preciso momento en el que se mide la amistad, cuando toca demostrar con tiempo, esfuerzo o dinero que detrás del título, había una honesta declaración de intenciones. 
Estoy convencida decía, de que él daría la talla y por eso es más amarga su pena. 

Seguramente es difícil aliviar su dolor, y seguramente también una parte le será útil para colocar a cada cual en su sitio, pero no quiero que concluya con un descorazonador: "la gente es mala, Moni"...
No, que no. Puede que algunas personas se comporten así, pero no vamos a colgar al resto de la humanidad ese sambenito. 

Muchas personas cargan con sus propias preocupaciones y no se involucran con facilidad en las ajenas, (no me atrevería a juzgarlo) otras, acompañan nuestros pasos cuando redundan en su propio bienestar, y algunos huyen como de la peste de todo lo que suene a problemas...
Pero no creo que precisamente esos últimos, nos puedan condicionar la vida. Deberían hacerlo sólo las personas que realmente merecen la pena.

Habrá que cribar bien, lo comentaba en este post, las relaciones humanas son complejas pero si buscas y no te ciegan con facilidad los resplandores, los brillos superficiales y las palabras huecas, si perseveras, entonces te encuentras auténticos tesoros. 

El único error es pensar que así como tú, amigo, somos todos. 


4 comentarios:

  1. Te entiendo a tí, pero también entiendo a tu amigo... aunque el problema es nuestro, por esperar cosas de la gente. Un saludo!

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    1. Ese es el problema, si... Esperar. Se entiende que en algunos contextos es lógico, pero después vienen las decepciones...
      La vida no es una ciencia exacta, eh?
      Gracias por estar ahí, Eli.
      Un abrazo

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  2. Hasta ahora esta es la reflexión con la que más me identifico. Siempre estuve al tanto de los demás hasta llegar al extremo de perderme en ese proceso, un craso error del que ya entendí las lecciones, mi pensamiento fue el mismo : pensar que como yo tienen que ser todos.

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    1. Deduzco que la lección ha llevado un dolor asociado.. como suele suceder. Si ha servido para que te sientas más libre y más sabio, ha merecido la pena. Un abrazo.

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