lunes, 8 de septiembre de 2014

DE APOLOS Y AFRODITAS...



Cuando una relación comienza, no comienza una relación entre dos personas, o no exclusivamente, sino que lo hace una historia entre uno y uno mismo, al menos uno con con una parte desconocida o dormida de uno mismo.

Ese momento por tanto, se convierte en una fuente interesante de información personal, en todo lo relativo a sueños, anhelos, carencias afectivas y demás proyecciones, porque no nos engañemos, rara vez la realidad es tan idílica como la fantasía se empeña en dibujar. 

Me cuentan historias de redes sociales, de páginas especializadas en poner en contacto a personas que no siempre buscan lo mismo...  de prisas y de malentendidos fundamentados en expectativas irreales o en el desconocimiento de la otra persona, historias sólo aptas para personas capaces de mantener su equilibrio en zonas pantanosas y amantes del riesgo en general. 
Absténganse buscadores de estabilidad emocional... se centrifugan cuerpo y mente en un vano intento de separar polvo y paja o desenmascarando perfiles que sonrojarían al mismísimo Apolo. A veces, nada tiene que ver la persona que se esconde al otro lado, con la que realmente se desea que esté.

Huelga decir que si se elige este medio para conocer a alguien, porque las circunstancias no favorecen las relaciones sociales, para evitar sufrimiento gratuito hay que hacer acopio de paciencia, mejor no involucrarse demasiado, ni mitificar. Como en tantas ocasiones, aquí las prisas son malas consejeras y si la persona que despierta el interés, merece la pena realmente, esperará. Dejará pasar un tiempo prudencial para el conocimiento mutuo, para resolver dudas, y hará acercamientos progresivos al ritmo que marque la realidad, no la imaginación. 

Pero entre tu y yo... ningún concurso de méritos supera una mirada limpia y una sonrisa sincera, como auténtica carta de presentación.


3 comentarios:

  1. La mitificación también ocurre en la vida off-line... creo que depende más de la persona que del medio.

    Un saludo!

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    1. Si, seguramente el componente personal sea un factor más determinante que el medio que se emplee, pero al perder tantos componentes de la comunicación verbal, puede que se complique aún más la cosa... Pero si por ese medio se consigue lo que se busca... Bienvenido sea!

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