lunes, 20 de mayo de 2013

MADUREZ


Hubo un tiempo donde hacerse mayor implicaba adquirir sabiduría.
Hubo unas sociedades en las que se veneraban los ancianos y les reservaba un puesto de honor para consultar cualquier decisión importante

Pero pasó.
Quizás porque a la velocidad a la que cambian las cosas,  cuando adquieres conocimiento de algo tienes el tiempo justo de utilizarlo "un par" de veces hasta que se queda obsoleto, y a éste ritmo es difícil adquirir determinada sabiduría... tal vez en las praderas americanas las estrategias de caza o de defensa del territorio, variara poco de generación en generación, no sé, no pretendo desmerecer la crudeza de sus circunstancias,  pero me refiero a que la tecnología al menos, no propiciaba que se modificaran mucho las técnicas...

Pero ahora, que sabemos que la vida es cambio, y los objetivos en la vida son tan dispares como lícitos, hacerse mayor implica que las dudas relegan a un segundo plano a las certezas y en cuestión de sabiduría el prudente es el más acertado.  Resume lo que quiero decir bastante bien una frase que le escuché en su día a John McCain, era algo parecido a: "soy demasiado mayor para estar seguro de nada".

Es eso precisamente, se invierte el proceso, a lo largo de la vida tenemos tiempo de asegurar, de creer firmemente de defender con pasión una idea y.... de descubrir después que cuando varían las circunstancias, el prisma cambia.

El Gran Jefe indio ahora ya no estaría tan seguro de nada (quizás, sólo de lo realmente importante...)

Si ya lo dijo Sócrates.



2 comentarios:

  1. Ten en cuenta también que hace 400 años en las praderas americanas, ser viejo, pero viejo, sin dientes, con lesiones acumuladas por todo el cuerpo, etc. llegaba a los 40 años, no a los 80.

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    1. También es verdad... difícil adivinar la edad de esas caras curtidas por el tiempo

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